Saturday, January 28, 2006

¡¡¡Chegóunos o Anschluss!!! (II)

Os prometí una explicación de por qué, a pesar de que la retórica patriótica me suena a cuento chino, sigo militando en un partido nacionalista. Voy a ello:
Lo primero, esa retórica se usa poco en los círculos nacionalistas asturianos. Somos un movimiento joven y no hemos heredado esos discursos y esos agravios que llevan arrastrando, en otros países, desde el siglo XIX. Nosotros le dedicamos más tiempo, por ejemplo, a los niveles de paro en 2006 que a la disolución de la Junta General del Principado en 1834. Somos así de raros.
Lo segundo, me parece sano tener una cierta prevención, un cierto escepticismo frente a la propia ideología. El nacionalismo no es ninguna revelación divina, simplemente es una opción política que hoy en día, según mi criterio, puede resolver los problemas más graves de Asturias. Si pusiera toda mi fe en una ideología política, ¿Hasta dónde podría llegar? ¿No son ésos los cimientos del fanatismo? Soy un nacionalista asturiano rodeado de gente que ignora, malinterpreta o desprecia mi ideología. Esos enemigos de mis ideas son personas tan decentes e inteligentes como yo mismo, y tienen argumentos, a veces, perfectamente válidos para su escepticismo o su hostilidad. ¿Debería desenvainar mi espada y emprender la novena cruzada contra esos malos asturianos? Me parece más inteligente escucharlos, exponerles mis propios argumentos, darles la razón cuando la tienen y tomarme una tila cuando la discusión sube demasiado de tono.
Y lo tercero, creo que el culto a la patria no es el fundamento del nacionalismo asturiano. No se trata, como dicen muchos, de luchar por una bandera. Se trata de resolver problemas y de derribar un sistema fallido.
Sí, suena ridículo comparar Asturias con Chechenia o Palestina. En un mundo lleno de injusticias monstruosas no tenemos derecho a escondernos, a lloriquear bajo la máscara de las víctimas. Y sin embargo sí que tenemos motivos para luchar. Sí que padecemos injusticias. Sí que vivimos bajo un régimen injusto y colonial.
Dejaré para otro día cómo puedo defender semejantes herejías.

Thursday, January 26, 2006

Más Plagios

Era listo este Castelao. No estoy de acuerdo con todo lo que dice, pero sí con la mayoría. Acabo de leer unas cosillas que escribió en 1947, referidas a Galicia, y podrían aplicarse perfectamente a la Asturias de 2006. Fijaos:

"Son galegos e non conciben que Galiza poida salvarse cunha política honrada. Son galegos e non saben que Galiza necesita unha política súa, para conquerir o desenrolo normal da súa economía. Son galegos e non se decatan da necesidade dunha política que garantice a vida da nosa cultura [...] Estes son os que din:
-Eu non sinto a necesidade de falar galego (porque esa necesidade non se sinte no bandullo).
-Eu atópome ben onde poida vivir con desafogo (porque levan a patria na sola dos zapatos).
-Eu renego da política (porque saben que a política dá disgustos).
-Eu ríome dos políticos (porque cicáis non toparon a ocasión de lamberlle os pés).
-Eu non pertenzo a nigún partido (porque non queren compremeter a súa tranquilidade).

Os personaxes parvos son idénticos no falar. Posúen a memoria dos papagaios, ou dos gramófonos, e a intelixencia dos monos. levan a alma adornada con adovíos baratos. Viven espiritualmente “de gorra”. Débenlle as ideas a calquera libro de texto e débenlle o señorio a calquera xastre. Gostan do “Casino de caballeros”, das “terrazas do café”. dos “paseos de moda”.

Militan en partidos de “dereita” e soñan coa volta do pasado. Estarían mellor en Madrid que no mesmo Ceo. Son monecos parlantes de fabricación nacional. Están feitos en serie, por Real Orden publicada na “Gaceta”. Estes personaxes obedecen á súa condición de parvos, e odian o galeguismo, sen teren capacidade para comprendelo. Adoran o Estado unitario e centralista, ou sexa, a “sagra unidade da patria” (verbas máxicas, capaces de faceren parvear a calquera, incluso a un intelectual). Creen que as autonomías rompen a unidade da súa patria, que é unha boliña que lles meteron na cabeza, cando eran nenos. Creen que falar castelán é falar ben e que falar galego é falar mal. Creen que os monárquicos son máis españoes que os republicans. En resume: creen todo canto creían os seus difuntos fabricantes”.

No está mal. Me parece que andan muchos parvos por ahi.

Wednesday, January 25, 2006

Un vil plagio

En la entrada de hoy voy a plagiar sin el menor pudor. El siguiente articulo podéis leerlo en "El Descodificador", un blog condenadamente bueno, como dicen los americanos, escrito por un tal Javier Pérez de Albéniz. Fue publicado el 7 de noviembre de 2005, cuando empezó a emitir la nueva cadena de televisión. Leed, reíd y pensad. Yo no tengo nada que añadir.

.- "Necesitamos más televisiones: son una garantía de libertad". Escucho esta frase en la radio, en una emisora que pertenece al mismo grupo que Cuatro, cadena que comienza a emitir hoy. ¿Necesitamos más televisiones? ¿Son una garantía de libertad?
La respuesta a las dos preguntas es SÍ. Un sí contundente, con mayúsculas, sin una sola sombra de duda. Necesitamos más televisiones, y las necesitamos ya. Cuantas más mejor, tantas como para no poder recordarlas, como para necesitar dos mandos a distancia, como para tener que aprender a ver varias cadenas al mismo tiempo. Necesitamos más televisiones, y las necesitamos tanto como el aire que respiramos, el agua que bebemos o el sol que absorbe Quique Guasch. Necesitamos televisiones que nos permitan soñar sin utilizar la imaginación, hacer deporte sin sudar, viajar sin movernos de casa, ver cine y teatro sin ir al cine y al teatro. Necesitamos televisiones para poder consumir cómo y cuando queramos, en total y absoluta libertad.
Porque las televisiones son una garantía de libertad. Esto es incuestionable. No hay más que observar las cadenas actuales, contemplar sus magníficas programaciones, conocer las empresas propietarias, analizar sus consejos directivos, observar sus líneas editoriales, examinar sus cuentas anuales. Las televisiones son para la libertad lo que fue Bakunin para el anarquismo, John Ford para el western, Robert Johnson para el blues o Gandhi para el movimiento pacifista. La televisión es la libertad en estado puro, y el que no lo vea así o está ciego o está leyendo un libro.
Reconozcamos las cosas. Podemos vivir sin seguridad social, sin educación pública, sin un hogar digno, sin calles por las que caminar o parques por los que pasear, sin trabajo, sin un salario aceptable o un mar limpio. Pero no sin televisiones. Podemos ser felices sin árboles y sin pájaros, sin amigos con los que charlar, familiares a los que querer, perros a los que acariciar, ancianos a los que respetar o músicos a los que escuchar. Pero de ninguna manera sin televisiones. Gracias a los gobiernos que cuidan a sus ciudadanos poniendo a su disposición más cadenas de televisión, todo lo que necesitan para ser más felices, más sabios, más libres, mejores. Suerte sincera para Cuatro."

Monday, January 23, 2006

¡CHEGÓUNOS O ANSCHLUSS!

Hoy voy a romper la rutina. Normalmente este blog destila bilis y resentimiento, pero hoy es diferente. Hoy ha terminado una era de opresión imperialista, hoy es un día feliz para los amantes de la libertad. ¡Por fin, por fin buenas noticias para esta tierra desdichada!
Seguro que ya conocíais la noticia: el Bloque Nacionalista Galego, bendito sea, ha tomado sobre sus hombros la pesada tarea de derrotar el imperio asturiano y librar a los ayuntamientos del Navia-Eo del yugo opresor. ¡Qué suerte tenemos los del occidente! Estos ángeles desinteresados han venido por pura bondad, sin esperar a que nadie se lo pidiese, a librarnos de todos nuestros problemas y acogernos en el amoroso seno de la madre patria gallega. Qué guay. Yo notaba que me faltaba algo, y ahora sé lo que es: mi galleguidad reprimida, que luchaba por salir. Mágicamente, en vez de ser asturiano occidental paso a convertirme en gallego oriental y… ¡Abracadabra! Todos mis problemas solucionados.
Aaaay, qué descanso, ahora que ya me han redimido. Y gratis, además. Desde luego hay gente buena por el mundo, fijaos: en vez de ocuparse de sus propios problemas, prefieren meterse a ordenar en casa ajena. Debe de ser que en Galicia ya está todo resuelto, se ve que no tienen nada más importante que hacer que venir a decirme cuál es mi nación, y si hago bien o mal en definirme asturiano o gallego o rutenio.
Llevamos cosa de dos semanas con la majadería ésta de la Anschluss eonaviega, y debo decir (y esta vez sí que va de veras) que me siento orgulloso de ser asturiano. No he tenido noticias de incidentes ni insultos de ningún tipo, en ninguna parte del país. Y eso, a pesar de que en Asturias viven, como es natural, no sólo gallegos sino militantes activos del BNG, algunos de los cuales llevan tiempo reivindicando la galleguidad de nuestros concejos occidentales.
Al fin y al cabo somos un pueblo del septentrión: aquí no corre la sangre ni hierven las pasiones. La gente se ha extrañado al principio y se ha reído después, sin darle mayor importancia al asunto: exactamente la reacción que merecía la sandez de los del Bloque. La prensa ha aprovechado para publicar algunos artículos de opinión, unos socarrones, otros más reflexivos, y han dado un repaso a la historia de las fronteras asturianas y de los intentos expansionistas gallegos. Todo con tranquilidad y sin cargar las tintas, pero también sin concesiones. No hace falta gritar cuando tienes la razón.
Sin embargo, por otro lado estos días no me siento tan orgulloso de militar en un partido nacionalista. Conozco un poco a los asturianos, y no creo que reaccionen a la agresión gallega afiliándose en masa a Andecha Astur. Más bien me los imagino señalándonos con el dedo y preguntando: “Ay, ho, ¿Tú yes como ésos?”
No, no lo somos. Al menos yo creo que no lo somos: si pensase que el objetivo del nacionalismo asturiano es producir majaderías como ésta del BNG, dejaría de militar en este mismo momento. Y sin embargo, me parece inevitable hacer examen de conciencia: todo ha sucedido demasiado cerca como para despreciarlo por las buenas.

El problema de las ideologías, nacionalistas o no, es que te dan una falsa sensación de seguridad. Una ideología como Dios manda tiene explicación para todo, le da sentido a una realidad caótica y despiadada. De repente, pobres pringados, vuestra vida tiene un objetivo. De repente vuestro deambular sin rumbo mientras intentáis no pensar en la muerte se convierte en una lucha gloriosa, una marcha incesante hasta la meta final. Y a cambio, ¿Qué se os pide? Apenas nada: un poco de fe, una breve ceguera voluntaria cada vez que os encontráis con los cabos sueltos, con los razonamientos circulares, con los dogmas sin explicación del libro sagrado. Sólo se os pide que penséis con el corazón y no con la cabeza. Lo malo es que la cabeza está para pensar y el corazón para bombear sangre.

Me siento incómodo cuando oigo hablar de la “nación asturiana”, de la “lengua nacional”, de nuestra supuesta “opresión milenaria” y de otros viejos ingredientes del potaje nacionalista. Me parece imposible tomarme en serio esas cosas, es como si me pidiesen que crea otra vez en los reyes magos. Y sin embargo sigo siendo nacionalista asturiano, quiero derrotar a los partidos españolistas y quiero que, algún día, un partido nacionalista gobierne este país.
¿Verdad que no lo entendéis? No os preocupéis: os lo explicaré mañana.

El Límite de la Cortesía

He encontrado este enlace, que os invito a visitar a todos:
http://princesaleonor.bitacoras.com/
Esta página (es un blog) me empuja a mostrar lo peor de mí mismo. Voy a criticar a una persona a la que no conozco de nada y que no me ha hecho ningún daño, pero es que, diablos, ¿Cómo se puede ser tan lacayo, tan ñoño y tan estúpido para elaborar un blog semejante? Pero, ¿Qué diablos tiene la gente en la cabeza? ¿Es que la tele nos ha fundido definitivamente los sesos, o qué? ¿Es que soy el único que piensa que identificarse de una forma tan abyecta con los poderosos humilla y degrada? Nos embuten la maldita papilla monárquica a todas horas, se ríen de nosotros, nos restriegan sus privilegios, se permiten emplear términos humillantes como "plebeyos" para referirse a los pringados que los mantenemos... ¿Y todavía hay zoquetes que les ríen las gracias? Que me perdone el tío o tía que montó el blog de Leonor, pero eres un/a perfecto/a gilipollas.

A menos que la cosa sea una ironía tan sutil que se me escapa. En ese caso el gilipollas sería yo, claro. Y lo preferiría mil veces...