Wednesday, January 25, 2006

Un vil plagio

En la entrada de hoy voy a plagiar sin el menor pudor. El siguiente articulo podéis leerlo en "El Descodificador", un blog condenadamente bueno, como dicen los americanos, escrito por un tal Javier Pérez de Albéniz. Fue publicado el 7 de noviembre de 2005, cuando empezó a emitir la nueva cadena de televisión. Leed, reíd y pensad. Yo no tengo nada que añadir.

.- "Necesitamos más televisiones: son una garantía de libertad". Escucho esta frase en la radio, en una emisora que pertenece al mismo grupo que Cuatro, cadena que comienza a emitir hoy. ¿Necesitamos más televisiones? ¿Son una garantía de libertad?
La respuesta a las dos preguntas es SÍ. Un sí contundente, con mayúsculas, sin una sola sombra de duda. Necesitamos más televisiones, y las necesitamos ya. Cuantas más mejor, tantas como para no poder recordarlas, como para necesitar dos mandos a distancia, como para tener que aprender a ver varias cadenas al mismo tiempo. Necesitamos más televisiones, y las necesitamos tanto como el aire que respiramos, el agua que bebemos o el sol que absorbe Quique Guasch. Necesitamos televisiones que nos permitan soñar sin utilizar la imaginación, hacer deporte sin sudar, viajar sin movernos de casa, ver cine y teatro sin ir al cine y al teatro. Necesitamos televisiones para poder consumir cómo y cuando queramos, en total y absoluta libertad.
Porque las televisiones son una garantía de libertad. Esto es incuestionable. No hay más que observar las cadenas actuales, contemplar sus magníficas programaciones, conocer las empresas propietarias, analizar sus consejos directivos, observar sus líneas editoriales, examinar sus cuentas anuales. Las televisiones son para la libertad lo que fue Bakunin para el anarquismo, John Ford para el western, Robert Johnson para el blues o Gandhi para el movimiento pacifista. La televisión es la libertad en estado puro, y el que no lo vea así o está ciego o está leyendo un libro.
Reconozcamos las cosas. Podemos vivir sin seguridad social, sin educación pública, sin un hogar digno, sin calles por las que caminar o parques por los que pasear, sin trabajo, sin un salario aceptable o un mar limpio. Pero no sin televisiones. Podemos ser felices sin árboles y sin pájaros, sin amigos con los que charlar, familiares a los que querer, perros a los que acariciar, ancianos a los que respetar o músicos a los que escuchar. Pero de ninguna manera sin televisiones. Gracias a los gobiernos que cuidan a sus ciudadanos poniendo a su disposición más cadenas de televisión, todo lo que necesitan para ser más felices, más sabios, más libres, mejores. Suerte sincera para Cuatro."

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