Monday, April 09, 2007

Segunda parte de la bazofia militarista

No es ésta una de esas películas que plantean el viejo dilema entre excelencia artística y rechazo al mensaje implícito. “300” es una película muy mala; mejor dicho, es una película ridícula, que es lo peor que se puede decir de una obra que pretende conmover y excitar. Las ideas que alguna vez fueron ocurrencias originales han sido aquí imitadas y exageradas hasta lo grotesco. Es una película muy violenta pero a la vez muy aburrida: son combates que ya hemos visto un millón de veces, y no tienen interés por mucho que la cámara se empeñe en mostrarnos los detalles más morbosos. Las imágenes, los paisajes e incluso los rasgos de los actores han sido alterados y machacados por ordenador hasta convertirlos en reproducciones exactas de las viñetas del comic que los inspira. El efecto no es bello ni parece que pretenda expresar nada, salvo la pericia de los informáticos del estudio. En cuanto a los diálogos y los personajes, poco hay que contar: las soflamas patrioteras se suceden, farragosas y sensibleras, y los personajes jamás nos ofrecen el menor matiz, el menor rasgo humano al que aferrarnos.
Lo mejor (lo salvable):
-La primera carga de los persas, muy bien rodada, una reconstrucción muy plausible de cómo debía de funcionar la falange espartana y tal vez el único momento original de toda la película.
-El diálogo entre Jerjes y Leonidas: plagado de desternillantes alusiones homosexuales.
-La maldición sobre el traidor Efialtes: por una vez Leonidas renuncia a su palabrería rimbombante y se expresa con sencillez y fuerza. La reacción de Efialtes es quizás lo más parecido a una interpretación del film.
Lo peor (lo que rondará mis pesadillas):
-Los combates de esgrima-ficción donde los persas caen como trigo bajo la hoz: ¿Qué diablos hacen los hoplitas espartanos abandonando la formación?
-La escena en la asamblea: la reina, recurriendo al lacrimógeno recuerdo de esposas, padres e hijos de los soldados, pide a los senadores espartanos que autoricen el envío de más tropas a Irak...quiero decir a las Termópilas. El senador pacifista acusa a Leonidas-Bush de empezar una guerra ilegal. La reina lo asesina sin contemplaciones y allí mismo, ante todos los senadores, se demuestra providencialmente que el tipo es un traidor a sueldo de Jerjes. Sin duda, la escena entera representa la fantasía más acabada de los ultraderechistas pro-bélicos.
¡Qué más quisieran ellos que poder asesinar por las buenas a todos esos aguafiestas que se empeñan en llevarles la contraria enarbolando enojosas verdades!
La mejor reseña que he leído sobre esta peliculacha:
http://www.exile.ru/2007-March-23/war_nerd.html

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