Sunday, April 15, 2007

El desastre está cerca

No es que sea un gran aficionado a la prensa economica pero a veces, cuando un experto me lleva de la mano y me muestra un articulo clave en el momento oportuno, me gusta sacar las conclusiones lógicas y sentirme como si fuese un gran analista. Por ejemplo hace poco me encontré esta noticia destacada en un foro de discusión:


Trujillo destaca las grandes oporunidades
que ofrece Polonia para el sector constructor español

Redacción / EP La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, subrayó hoy que las "oportunidades" del sector español de la construcción en Europa Central y del Este "son muy grandes, especialmente en Polonia", informó el Ministerio.Polonia recibirá de los distintos fondos de la UE un total de 75.000 millones de euros entre los años 2007 y 2013, de los que 19.000 millones serán gestionados directamente por el Ministerio de Transporte, que además aportará otros 7.000 millones de euros directamente desde la Hacienda nacional polaca. En total, serán invertidos 26.000 millones a través del Programa Operacional
"Infraestructuras y Medioambiente".Según la titular de Vivienda, este programa es de "gran interés" tanto para las empresas constructoras especializadas en obra pública como para la inmobiliarias, "debido al impulso a la economía polaca y de revitalización urbanística de una serie de zonas del país (los corredores de las autopistas y del ferrocarril, los aeropuertos, los puertos, etc.) que supondrá la aplicación de dicho programa".Por ello, Trujillo aseguró ser partidaria de la "diversificación y la internacionalización del sector de la construcción, infraestructuras e inmobiliario español" en estos mercados "estratégicos".
http://www.diariosigloxxi.com/noticia.php?ts=20070413125207


A primera vista es una noticia sin apenas interés. ¿Una ministra del gobierno español en la típica comilona con empresarios y jerifaltes extranjeros? ¿La cháchara archisabida sobre “reforzar vínculos” y la “eterna amistad entre nuestros dos grandes países” que tanto gusta a los diplomáticos?
Puede que no. Puede que esta vez haya algo más detrás de todo esto. Fijaos en lo que dice este otro tipo, Daniel Estulín:


Los parásitos de la gran banca y sus cómplices políticos han desinvertido casi
toda su cartela de valores del sector inmobiliario en España y, lo han
trasladado sus inversiones a los países como Polonia, Moldavia, Rumania y
Bulgaria. Lo que van haciendo en España durante los últimos 20 años, ahora van
hacer allí. España, económicamente hablando es un cadáver. BSCH, BBVA, Banesto
lo saben porque manejan informes muy detallados sobre el futuro económico del
país. Y, las predicciones no son nada buenos. De hecho, según varios informes,
“la burbuja inmobiliaria puede estallarse entre ahora y dos años como
mucho.”
http://www.danielestulin.com/?op=noticias&noticias=ver&id=173&idioma

Daniel Estulín no es ningún editorialista del Financial Times y tiene cierta fama de conspiranoico, pero también se está ganando fama de acertar en sus pronósticos. Tampoco es Cervantes, ya lo sé. Lo importante en este caso es que las palabras de la ministra española le dan la razón.
Creo que estamos muy cerca de un momento histórico. No soy economista, pero oyendo a gente que sí lo es he llegado a formarme una opinión sobre la evolución de la economía y de la sociedad en estos últimos años. Lo intentaré explicar en puntos sucesivos:
1-Al principio, hasta hace cosa de treinta años, la economía era productiva y los beneficios de las empresas se repartían, en parte, por la clase obrera a través de unos salarios relativamente generosos.
2-Este modelo económico entró en crisis hacia los años ochenta, cuando el paro llegó a niveles escandalosos. Se decía en aquellos tiempos que la competitividad se había deteriorado y que los beneficios no podían seguir sosteniendo todo el sistema.
3-En los años noventa triunfó la ideología ultraliberal que insistía en mejorar la competitividad bajando los salarios y abaratando el despido. Desde entonces hasta hoy el proceso se ha acelerado y recrudecido.
4-Las duras reformas laborales fueron seguidas por catorce años de crecimiento ininterrumpido de la economía española, que aún continúa. Este crecimiento no se sustenta en ninguna industria productiva, mucho menos en sectores vinculados a la innovación tecnológica: es un crecimiento pagado por los fondos europeos, los turistas y una burbuja inmobiliaria monstruosa. La fastuosa prosperidad de que alardean los españoles no tiene bases sólidas.

La mejora de la competitividad a costa de los trabajadores (menores salarios, horarios interminables y despidos baratos) no significó que las empresas produjeran más o vendieran más, ni que creasen nuevos puestos de trabajo, ni que los jóvenes tengan ahora la oportunidad de acceder a puestos de trabajo dignos, que les permitan fundar una familia y a la vez disponer de tiempo libre. Significa simplemente que las empresas aumentaron sus beneficios a costa de la clase obrera; significa que las diferencias entre clase llevan creciendo desde principios de los noventa de forma escandalosa; significa que los salarios representan cada vez un menor porcentaje del PIB, a favor de la riqueza acumulada en forma de capitales. Tanto el FMI como la Unión Europea se están quedando roncos de advertir a España sobre la bajísima competitividad de sus empresas.
La economía se sustenta desde hace años en el ladrillo, en el boom de la construcción, el cual depende a su vez de créditos baratos, favorecidos por la entrada de España en la unión monetaria. Los tipos de interés, fijados desde Alemania, no se correspondían con la inflación española de manera que, en la práctica, los bancos españoles hacían préstamos a un tipo de interés negativo. Recordaréis haber oído mil veces eso de que “meter los ahorros en el banco es perder dinero”, que empujó a mucha gente a embarcarse en créditos para comprar piso.
Resultado: el dinero de esos préstamos pagó el boom de la construcción, que financió el crecimiento económico y la creación de nuevos empleos (no cualificados y mal pagados) desde hace catorce años. Lo malo es que todo ese dinero, en fin, como decirlo...es poco menos que ficticio. Es un timo piramidal. Sólo funciona mientras siga habiendo pardillos que se endeuden para comprar pisos a valores cada vez más altos, hasta el nivel demencial que alcanzaron en 2006. Lo malo es que llega un punto que, simplemente, se acaban los pardillos, o suben los tipos de interés, o los bancos empiezan a asustarse y no conceden tantos préstamos. Y parece ser que ya estamos en ese punto.
La orgía del ladrillo ha significado catorce años de locura, de riqueza ficticia, en la que el crecimiento se ha financiado con los ahorros y el endeudamiento de la clase trabajadora. Ahora los bancos y los capitalistas que se han forrado con todo este disparate se nos marchan con los beneficios a Polonia, para empezar de nuevo allí. Aquí sólo queda un país al borde de la pobreza. Llamadme agorero, si queréis: los primeros síntomas de pinchazo inmobiliario aparecieron en setiembre de 2006.
Me diréis que esta columna no tiene nada que ver con el nacionalismo asturiano pero os equivocáis: lo tiene todo que ver. Porque para mí España es, precisamente, el sistema oligárquico y corrupto que revela la historia de la burbuja inmobiliaria. Los bancos, los empresarios y los políticos que han esquilmado a los trabajadores son los mismos que echan espumarajos por la boca cada vez que atacan a los separatistas y defienden la unidad de la patria.
Y esos son mis enemigos.
Hay una página que todo el mundo debería leer para comprender lo que está pasando: burbuja.info http://www.burbuja.info/

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